En un panorama laboral dominado por varones, Sara Castrejón empezó a destacar en el oficio. En abril de 1911, cubrió la toma de Teloloapan por los maderistas, con lo que inició una trayectoria que la convertiría en la primera mexicana en fotografiar la Revolución y tal vez, una de las primeras mujeres en fotografiar un conflicto armado, a nivel mundial.

Sara Castrejón tomó fotografías a los integrantes de todos los bandos revolucionarios y gobiernistas que pasaron por su ciudad natal, cubriendo cada etapa de la lucha armada durante la Revolución Mexicana.